En el mundo de los seguros, el refrán español “más vale que sobre a que falte” no es un buen indicador. Tan malo es pasarse como no llegar, es decir, estar sobreasegurado o infrasegurado. ¿Quieres saber si alguno de estos dos casos es el tuyo? Sigue leyendo y Kelisto te dirá todo lo que necesitas saber.

El 72% de las familias españolas aseguran su vivienda, por lo que eso nos dice que, según los datos de UNESPA, el 28% de los hogares del país no tienen una póliza para protegerlos de cualquier daño o perjuicio. Esto nos deja con la certeza de que en España hay hogares que no cuentan con ningún tipo de seguro, algo muy poco recomendable. Sin embargo, el tener contratado un seguro de hogar no es sinónimo de estar haciendo lo correcto, puesto que es posible que esas familias estén pagando de más por coberturas que no necesitan.

Cómo saber si estás sobreasegurado

El sobreseguro se da cuando alguien asegura algún bien por más valor del que en realidad tiene o contrata coberturas que en realidad no necesita. Por ejemplo, supongamos que valoras una vieja mesita heredada de tu abuela en unos 25.000 euros y, tras un siniestro en tu hogar, el perito la tasa en solo 8.000 euros. Entonces, estarás incurriendo en una situación de sobreseguro, ya que:

Estarás pagando una prima más cara para nada
En caso de siniestro no te van a compensar por encima de la valoración que finalmente haga la compañía
Y en el peor de los casos, el perito puede incluso establecer un intento de fraude

El otro riesgo de los inmuebles sobreasegurados es que no te leas con detenimiento la infinidad de cláusulas que algunas compañías barajan a la hora de contratar los riesgos de una póliza y descubras un buen día que tu casa de la playa está perfectamente cubierta, por ejemplo, ante la posibilidad de nevadas.

Cómo saber si tienes un infraseguro

El caso contrario es el del infraseguro, que te expone igualmente a la indefensión en caso de siniestro. Si la mesa de la abuela que el perito tasó en 8.000 euros la aseguras por 4.000 euros y una reparación te cuesta 2.000 euros, la compañía sólo te abonará 1.000 euros. Este cálculo se basa en la regla de proporcionalidad que incluyen por defecto todas las pólizas.

Para evitar estar infraasegurado, sigue estas recomendaciones:

No trates de ahorrar en la prima valorando a la baja tus enseres
No descartes coberturas que, aunque sean algo remotas, existe la posibilidad de que ocurran

Si incurres en estos dos errores, al igual que en el caso anterior, estarás pagando por un seguro que a la hora de la verdad no te compensará adecuadamente por los daños que hayas sufrido. O peor, no se te reconocerá ninguna indemnización por no haber incluido en el contrato una cobertura con un riesgo razonable de suceder.

Incluso en situaciones límite la compañía está autorizada a anular el seguro en vigor si advierte que la valoración aportada por el tomador no se corresponde con la realidad, ya sea por exceso o por defecto. Lo importante es valorar de manera objetiva nuestras propiedades y establecer qué coberturas podemos llegar a necesitar, sin exageraciones ni tampoco tacañerías.

¿Qué puedes hacer si tienes un infraseguro o un sobreseguro?

Una vez que ha ocurrido un siniestro, si estás en alguno de estos dos casos hay poco que hacer. Así que lo mejor es prevenir la situación, para lo que desde Kelisto te recomendamos lo siguiente:

Revisa tu póliza periódicamente para asegurarte de que se ajusta a tus necesidades y a tus circunstancias del momento y, en caso de duda, busca el consejo de un profesional para negociar con tu compañía un reajuste de las coberturas y las primas.
Merece la pena que pierdas un rato al año revisando tu póliza, dado que el asegurador es un sector muy dinámico y cada poco tiempo oferta coberturas nuevas que pueden ser muy interesantes. Tienes que tener en cuenta que, en muchos casos, la cláusula de revalorización automática (las pólizas e indemnizaciones se adecuarán a las variaciones del valor del objeto o bien que asegures como, por ejemplo, una vivienda) no es suficiente. Además, los consumidores también son bastante activos y es muy probable que hayas adquirido nuevo patrimonio que tendrás que comunicar a la compañía aseguradora si quieres tenerlo cubierto.
Por eso, es conveniente que compares regularmente los seguros más baratos que hay en el mercado. Según los cálculos de Kelisto, te puedes ahorrar unos 49,50€ al año de media.
La Unión Española de Entidades Aseguradoras (UNESPA) aconseja reclamar en todos los contratos la revisión del IPC, de manera que tus bienes también vayan actualizando su valor en función de las estadísticas oficiales de consumo. Además, hay que recordar que la Ley de Contratos de Seguros admite eliminar la aplicación de la regla proporcional, siempre que se haga de manera consensuada entre la compañía y el tomador del seguro.

Como en todos los contratos, es fundamental fijarse en las cláusulas con suma atención y concienciarse de que lo mejor es concertar un seguro a la medida, ponderado y acorde con tus necesidades. No caigas en el error de minusvalorar las coberturas para conseguir una prima más económica o trates de engañar al seguro con cifras exageradas sobre tus bienes que encarecerán la factura de la póliza y seguramente no te servirán para cobrar la indemnización en caso de suceso.

 

Artículo publicado en Fotocasa blog

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