18Ene2014
Sí, la rehabilitación está de moda. Despierta interés y esperanza. Interés para aquellos compradores que han descubierto una oportunidad o para aquellos propietarios que quieren vender o volver a alquilar sus propiedades. Esperanza para las empresas y los profesionales que quedan en pie en el sector de la construcción o para aquellos legisladores que quieren generar actividad económica y empleo.

Una de las muestras mas evidentes de este hecho y de la posición destacada que ocupan la reforma y la rehabilitación actualmente, es la entrada en vigor de la Ley 8/2013 del 16 de Junio, de rehabilitación y regeneración y renovación urbana, que supone una importante reforma para el sector inmobiliario y en general para la economía nacional, se pasa de un modelo que fomentaba la creación de nueva ciudad a una apuesta por la intervención en tejidos urbanos existentes, motor a través del cual reactivar el actual y débil sector de la construcción.

En nuestra opinión, para bien o para mal, queramos o no, nos dirigimos hacia un cambio de modelo. Con la situación actual del mercado del suelo y la vivienda en España, carece del menor sentido priorizar la construcción para la compraventa y cobra todo el sentido defender la reforma y la rehabilitación.

A día de hoy, aunque hemos notado un interés creciente de particulares y pequeños inversores en la reforma y la rehabilitación, este no está tan motivado por los programas públicos de fomento de la rehabilitación como por las tendencias o necesidades del mercado. La existencia de buenas oportunidades en la compra para reformar, la necesidad de dar valor añadido a los pisos de alquiler ante la creciente competencia en la oferta, cambiar el uso de un local en busca de nuevas oportunidades o adaptar una vivienda a las nuevas necesidades familiares ante la dificultad actual de realizar el cambio, son algunos ejemplos que ilustran esta tendencia.

La rehabilitación está de moda y su estímulo por parte del Estado indica el papel anti cíclico que se le quiere dar al subsector con menos oscilaciones del sector de la construcción. El escenario parece favorable. En España, muchos edificios tienen una antigüedad superior a 30 años y cerca del 60% es anterior a la norma básica de edificación del 1979, introductora de los primeros requerimientos energéticos.

Además, estamos lejos de igualar la media europea de la rehabilitación en el sector de la construcción. Sin embargo, aunque se trata del segmento de la construcción que antes podría generar actividad y recuperar empleo, el retorno al crecimiento no será inmediato, la crisis sigue afectando a los presupuestos domésticos y a los programas públicos de fomento de la rehabilitación, tan necesarios para una rápida recuperación.

Artículo escrito por: Sergi Muñoz, cofundador y project manager de arqtua.